martes, 9 de diciembre de 2014

Saturnino Herrán: Padre de la pintura moderna en México

Anteriormente ya hemos tocado el tema de la pintura moderna en general, y el porqué se le llama así a ésta. Courbet y Manet inauguraron la modernidad en el arte, rompiendo con los cánones temáticos y pictóricos, respectivamente. Comenzaron a relatar escenas que se vivían en la cotidianidad, encontrando arte en ellas.

Saturnino Herrán puede ser fácilmente llamado el padre de la pintura moderna en México, porque es quien comienza a tratar su obra con una temática del tiempo presente. A diferencia de otros artístas de la época, quienes trataban de hallar la identidad en una nación en su pasado prehispánico y se enfocaban en ello. Herrán es pionero en mostrarnos, de una manera fascinante, y con una técnica y temáticas realistas, la estética de una realidad actual en un país ecléctico, producto del choque de dos culturas en extremo diferentes. Encuentra y revela, arte y estética en lo cotidiano.

Lo anterior no quiere decir que no tomó temas de la mitología e historia mexicanas. Su obra se enriquece igualmente de dicha temática. 

No tan crudo como Courbet, pero sí un tanto más romántico que Manet. Un maestro del simbolismo, Herrán demuestra ser el homólogo de ambos en suelo Azteca. Sin duda, el precursor de la pintura moderna, e incluso del muralismo mismo, a pesar de que no ocupe el mismo formato, no se le puede negar su influencia en esta vanguardia nacional.



Mujer en Tehuantepec, Saturnino Herrán, 1914, 
Museo de Aguascalientes, México.



La ofrenda, Saturnino Herrán, 1913, MUNAL; México, D.F.



La cosecha, Saturnino Herrán, 1909, Colección Andrés Blaisten




La leyenda de los volcanes, Saturnino Herrán, 1910, Pinacoteca del Ateneo Fuente; Saltillo, Coahuila, México.






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