jueves, 9 de octubre de 2014

¿Cuál es el mural de Jean Charlot que se encuentra en el Antiguo Colegio de San Ildefonso?



Jean Charlot, Masacre en el templo mayor, 1922 - 1923


En el Antiguo Colegio de San Ildefonso se encuentra un Mural hecho por el artista francés, Jean Charlot (1899 - 1979), llamado Masacre en el Templo Mayor o La Conquista de Tenochtitlan. No es la única vez que éste artista plasmará escenas de la realidad mexicana en su obra, su obra entera se caracteriza por proyectar escenas realistas de la vida indígena, sin excluir, por supuesto, su pasado.

En el mural se representa a un grupo de soldados españoles sometiendo a otro grupo de indígenas. La escena se cuenta por sí sola al analizar el mural y con el simple hecho de leer el título.

En la escena, del lado derecho, aparecen tres muralistas importantes (los tres vistos en clase): Diego Rivera (1886 - 1957), Fernando Leal (1901 - 1964)  y el mismo autor de la obra. Los primeros dos también participaron con su obra en el mismo sitio; Rivera con La Creación, ubicado en el anfiteatro Simón Bolívar; y Leal con La fiesta del señor de Chalma, que se encuentra justo en frente del de Charlot.



Diego Rivera, La Creación, 1922.


Fernando Leal,  La fiesta del señor de Chalma, 1923 - 1924.

Al parecer, tanto en la paleta como en la técnica poco figurativa, éste mural guarda una gran influencia con La Batalla de San Romano del artista Paolo Uccello (1397 - 1475), un artista de la época renacentista que, a pesar de no ser un gran representante por su falta de técnica realista, no había alguien que se apasionara más por el estudio de la perspectiva como él (algo que me hace recordar un poco a Siqueiros).



Paolo Uccello, Batalla de San Romano, 1450; National Gallery, Londres.


Fuentes:

http://www.sanildefonso.org.mx/mural_masacre.php?iframe=true&width=810&height=100%

http://artesvisualessecundariatecnica85.blogspot.mx/2014/03/emplazamiento.html

Gombrich, E.H., Lahistoria del Arte, 1950, Editorial DIANA,  última ed. 1999.

viernes, 3 de octubre de 2014

Si yo fuese parte del jurado que decide  poner, o no, por primera vez a La Fuente de Marcel Duchamp en la exposición del museo de Nueva York, ¿cuál sería mi decisión?


Marcel Duchamp, La Fuente, 1917.

Se sabe que esta pieza fue de gran influencia para el arte contemporáneo, pues, junto con La rueda de bicicleta, obra del mismo artista, marcaron el inicio del arte conceptual. Así mismo, fue estandarte de uno de los conceptos más extremistas de la época, pues tocó los límites de lo grotesco en la estética del arte. Siendo una  de las piezas con las que Duchamp "cortó el listón" para dar entrada al ready-made (arte que se caracteriza por darle sentido artístico a un objeto o conjunto de objetos que son comunes y corrientes), era obvio que iba a causar cierta polémica al ponerla en una galería de arte.

Responder con sí o no a la pregunta, es difícil, pues, a los ojos del hombre, cualquier cosa puede convertirse en arte, pero también cabe preguntarse en qué instante éste se desnaturaliza y deja de ser lo que es. Viéndolo en un esquema universal, se encuentra la dicotomía del arte y del no arte. Para definir a uno, hay que poner en la mesa ambas cartas, y hacer una comparativa, pues lo que es, se caracteriza también por no ser lo que no es, eso es lo que lo define y lo que lo caracteriza. 

La cuestión aquí es: ¿el urinario es arte, mal arte o simplemente no es arte?; suponiendo que la respuesta es que sí lo es, bueno o malo, la pregunta ahora sería: ¿un urinario es un objeto cuyo arte está condicionado por su contexto o ese urinario sólo será arte si un artista decide que es arte?; de igual forma surge esta incógnita: ¿el arte es lo que dicta el artista o es un concepto independiente que existe por sí solo y se define por sí solo?, es decir, ¿el arte tiene que ser evidente?

Dicho esto, mi decisión ante la pregunta principal es: sí. Si viviese en esa época y fuese parte del jurado, decidiría ponerlo en la galería, pero no con el afán de dar a conocer una gran obra, sino con el fin de ver la reacción del espectador, y observar cómo es que actúan ante tal provocación, pues ha de haber una razón por la que la mente de un artista decidió exhibir el urinario como objeto artístico. Después de esto, pediría que lo volvieran instalar en el sanitario más cercano para aprovecharlo como debe ser. Ya satisfecha esa curiosidad, no dudaría en votar: no a las siguientes propuestas similares a esta, dado que para mi (y para muchos), éste objeto no es una obra artística, puesto que el arte no puede ser producto de la casualidad, sino de la composición.

En caso contrario, todo sería arte, y todo sería digno de ser puesto en una galería; en dado caso el artista se extinguiría, ya que el arte lo podría hacer y conceptualizar cualquiera con una mínima capacidad de curar cualquier cosa con un "argumento" medianamente rebuscado. Por lo que esto me deja ver que hay dos opciones, el arte llegaría a ser equivalente a todo, pero nada definido, es decir, acabaría por ser nada o un sinónimo del todo, lo cual mataría todo lo habido conocido y por haber sobre arte, y al artista también; algo que es totalmente risible e incongruente.




jueves, 2 de octubre de 2014

¿Por qué a la pintura moderna se le llama de ese modo?

En lo que he leído y todo cuanto me he informado, puedo resumir que la pintura moderna es llamada de tal forma, dado que, durante la época de las vanguardias, que fue a finales del s. XIX y principios del s. XX, hubo una tendencia por romper los cánones de la academia, y dejar de ver al artista como un ser generador de belleza  y perfección, que agrade al ojo burgués y a la pupila de "buen gusto", dando un giro al concepto de artista poniéndolo como aquél ser que proyecta y plasma por medio de su obra lo que compete a su sentir y forma de interpretar la realidad, que crea por medio de diversas técnicas, haciendo uso de la influencia vanguardista. No está de más decir que los avances en los estudios como fue la obra de Marx y Freud, esencialmente, influenciaron en el arte de la época, así como el estudio del color y la luz de parte de Goethe o Chevreul, y los estudios retomados dejados por Newton al respecto.
Se le llama arte moderno porque es aquél que se ocupa del tiempo presente, dejando atrás temas mitológicos e históricos, así como técnicas plásticas, ya muy desgastadas, tratando de revolucionar la estética por medio de su realidad actual.


Édouard Manet, Olympia, 1863


Pablo Ruiz Picasso, Las señoritas de Aviñon, 1907